¿A Quién Tengo En Los Cielos?

No cabe duda que esta vida es bella. No podemos negar que, por más bonito me "pinten" el cielo y lo hermoso que sería estar en él, a ninguno de nosotros nos gustaría morir hoy mismo.  A todos nos gustaría vivir muchos años aquí en la Tierra rodeado de personas que amemos y nos amen.

Ahora, tampoco podemos ignorar el hecho de que "la vida" a veces nos golpea con su mejor "puño" hasta sentirnos que caemos al suelo sin ninguna esperanza de volver a levantarnos. A veces nos llegan eventos negativos repentinos y traumáticos los cuales pueden lograr desanimar hasta la persona mas positiva y espiritualmente feliz. Estos sucesos usualmente envuelven algún sentimiento de tristeza, rechazo, dolor, angustia o inclusive todas las anteriores.  El fallecimiento de un ser querido, el rompimiento de una relación, la pérdida súbita de un trabajo. En fín, existen inumerables causas por las cuales a veces podemos llegar a sentirnos que caímos en un hueco en donde nadie tiene una "soga" lo suficientemente larga como para ayudarnos a salir. Y es allí, en ese "hueco", en ese momento oscuro de la noche en donde parece que nunca veremos la luz del sol, en donde debemos elevar nuestra mejor alabanza y mostrar nuestra mejor señal de adoración a nuestro Dios, Padre y Creador. 

Dios es el único ser en el universo que conoce nuestro destino y propósito. Y es el único ser del universo que conoce la mejor manera de formarnos y moldearnos para que lleguemos a cumplir ese propósito de una forma eficaz. 

Yo, como padre, tengo el privilegio de ver a mi hija feliz cada vez que la complazco con alguna petición. Ya sea un simple helado, algún juguete barato o algún accesorio para vestir, no hay mayor felicidad para un padre que ver a sus hijos complacidos y felices gracias al aporte que nosotros como padre les damos. Ahora, si mi hija que apenas está comenzando a vivir su niñez, se me acerca y me pide que le compre un carro porque ella le gustaría manejar, por más que quiera verla feliz y complacerla en todo tengo que decirle rotundamente que NO. ¿Porque? Porque ella no está lo suficientemente formada ni moldeada (interna y/o externamente) para manejar las responsabilidades que se requieren a la hora de manejar un vehículo en la carretera. Entonces lo que hago es aconsejarla, educarla y formarla para que cuando llegue la edad apropiada entonces poder complacerla en lo que me pidió.

Dios opera de la misma manera. La biblia dice: "Deléitate en Jehová y él concederá las peticiones de tu corazón". No cabe duda que creemos que todas las promesas escritas en la biblia se cumplen. Ahora, no necesariamente esas peticiones se cumplirán cuando nosotros pensamos. La mayoría de las veces Dios primero nos tendrá que moldear, educar y formar para que realmente estemos listos para manejar de manera responsable y eficaz el cumplimiento de esa petición que tanto le pediste a él.

En resúmen, como realmente no sabemos (dentro de los pensamientos y caminos de Dios) cuanto nos falta por ser moldeados y formados hasta alcanzar lo que tanto estamos esperando, pues entonces dentro de las pruebas y tormentas que se nos presentan como parte de ese proceso de formación, lo mejor que podemos hacer es levantar las manos y pronunciar...¿A quién tengo en los Cielos sino solo a tí Señor? Y fuera de tí nada deseo en la Tierra.

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